Políticas con perspectiva de género: histórico reconocimiento de aportes por tareas de cuidado

Para mujeres que tengan la edad requerida para jubilarse, no cuenten con los años de aportes necesarios y tengan hijxs. También contempla a mujeres que hayan sido madres o titulares de AUH

La Administración Nacional de la Seguridad Social lanzó el "Programa Integral de Reconocimiento de Períodos de Aportes por Tareas de Cuidado", su directora ejecutiva, Fernanda Raverta, adelantó que el presidente Alberto Fernández firmará la próxima semana el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) para reconocer años de aportes jubilatorio a mujeres que hayan sido madres o titulares de Asignación Universal por Hijo (AUH).

"Se busca reparar parte de las desigualdades estructurales que sufren las mujeres a lo largo de su vida y que están derivadas, en gran medida, de la sobrecarga de las tareas de cuidado y de las inequidades del mercado de trabajo que se acumulan en el largo plazo", señalaron, desde el organismo, a Página 12.

El reconocimiento de aportes por tareas de cuidado visibiliza y repara una desigualdad histórica y estructural en la distribución de las tareas de cuidado, reconociendo y valorando el tiempo que las mujeres destinaron y destinan a la crianza de sus hijxs. Esta medida iguala oportunidades y genera las condiciones necesarias para que miles de mujeres puedan acceder al derecho a jubilarse. De esta manera, estarían en condiciones de jubilarse alrededor de 155.000 mujeres por la suma de estos aportes.

Desde Anses informaron que los turnos estarán disponibles a partir del 1 de agosto por lo que será únicamente con turno previo, DNI y las partidas de nacimiento de hijxs. 

El proyecto de reconocimiento de aportes por tareas de cuidado computará: 1 año de aportes por hijx y 2 años de aportes por hijx adoptadx. Asimismo, reconocerá de forma adicional 1 año por hijx con discapacidad y 2 años en caso de que haya sido beneficiarix de la AUH por al menos 12 meses. Además, se reconocerán los plazos de licencia por maternidad y de excedencia de maternidad a las mujeres que hayan hecho uso de estos períodos al momento del nacimiento de sus hijxs.

"Es una medida que no ofende a nadie” y que “tiene que ver con reparar desigualdades”, dijo Raverta.

Un fallo inédito obligó a un hombre a compensar a su exesposa con $8 millones por resignar su desarrollo profesional al haberse dedicado a las tareas del hogar

El fallo de primera instancia que había condenado a un hombre a resarcir a su exesposa de 70 años con $8 millones fue ratificado por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil.

De manera inédita, el fallo tuvo en cuenta la perspectiva de género a la hora de ratificar la condena, al remarcar que durante 27 años la mujer subordinó su desarrollo profesional a las tareas del hogar.

El fallo puntualizó en el proyecto familiar de la pareja, el cual se regía de acuerdo a la división tradicional/patriarcal de roles: él desarrollaba su labor profesional de manera tradicional, mientras ella se quedaba en la casa trabajando en las tareas domésticas y en el cuidado de les hijes. En esta línea, una vez disuelto el matrimonio, el equilibrio del proyecto conyugal también se disolvió y al no haber podido desarrollar su profesión y al haber quedado fuera del mercado laboral por tener 70 años, la mujer quedó en inferioridad de condiciones económicas en relación a su exmarido. A su vez, la jueza expresó que, debido a la falta de aportes, la mujer se vio impedida de acceder a una jubilación, lo que vulnerabilizó aún más su condición económica.

La importancia del fallo excede la suma económica del resarcimiento, ya que evidencia que una parte del Poder Judicial de nuestro país empieza a tener perspectiva de género a la hora de emitir las sentencias. Al tener en cuenta la vulnerabilidad económica de una mujer que resignó su labor profesional para dedicarse al trabajo doméstico, -el cual no es reconocido como trabajo en sí-, el fallo pone énfasis en el cuestionamiento de los vínculos patriarcales propios de la división tradicional de los roles familiares. Asimismo, hace visible la necesidad de que la labor doméstica sea reconocida como trabajo no pago, al puntualizar en la vulnerabilidad de las mujeres que, al haberse dedicado toda su vida al hogar, no pueden acceder a una jubilación.

Una vez más, eso que llaman amor es trabajo no pago.