9 de marzo de 2022
*PH: Brenda Galán.
Ayer, 8 de marzo de 2022, el movimiento feminista ocupó nuevamente las calles reclamando por la violencia sufrida por aquellas mujeres que ya no están, la violencia ocasionada a otras mujeres que fueron víctimas de violaciones por varones cis y la aparición con vida de Tehuel, entre otras consignas.
El colectivo 8M, elaboró un documento donde expresan las demandas que este Paro Internacional Feminista lleva como bandera de lucha. Algunas de las demandas son las siguientes:
1. CUIDAR, ALIMENTAR Y CONSTRUIR ES TRABAJAR
Desde que se declaró la pandemia, los trabajos de cuidado en las casas y en
los barrios se intensificaron: trabajos comunitarios de salud, alimentación y
educación cayeron especialmente sobre mujeres, lesbianas, travestis, trans y
no binaries y sobre las redes feministas. Las trabajadoras, les y los trabajadores de la economía popular hemos salido a la calle durante el aislamiento para
ocuparnos de las urgencias en los ámbitos más vulnerados. Somos quienes
sostenemos los cuidados en los barrios antes, durante y después de la pandemia. También quienes cosechamos y distribuimos alimentos sanos, quienes
trabajamos en la construcción y en la producción textil.
2. CONTRA LA PRECARIZACIÓN: TRABAJADORAS Y TRABAJADORES SOMOS
TODAS, TODOS Y TODES
Nosotras somos hijas y nietas, mujeres, travestis y trans y no binaries marrones, afro e indígenas que venimos a manifestar que hay una deuda histórica
pendiente. La pobreza no solo es estructural sino también racial. La explotación
y precarización no solo son clasistas sino también racistas. Somos les precarizades: nuestros derechos laborales son avasallados diariamente. Todavía sufrimos las brechas de género tanto en el acceso a puestos de trabajo como en
los ingresos. Los trabajos de cuidado no remunerados también son trabajo y
son trabajo digno. Los planes sociales no son limosna, nos permiten inventar a
diario los trabajos que sostenemos en nuestros barrios y territorios. Exigimos
paritarias en todos los ámbitos laborales acorde a la inflación y a la dignidad de
la vida. Exigimos equidad en los ámbitos sindicales y de organización laboral.
3. REFORMA JUDICIAL FEMINISTA y TRANSDISCIPLINAR
La pandemia recrudeció las violencias en todos los contextos. El hogar no fue
siempre el lugar seguro donde resguardarse de un virus, fue el escenario de
violencias y femicidios. Las violaciones, los femicidios y transfemicidios son
la expresión más cruda de este sistema cruel de dominación cis-hetero-patriarcal. ¡Paren de matarnos y de violarnos! ¡No más travesticidios, transfemicidios, transhomicidios! Hay un travesticidio social: 40 muertes desde el
comienzo del 2022 que han sido sistemáticamente invisibilizadas por todos
los medios de comunicación.
4. POR LA AUTONOMÍA DE NUESTROS CUERPOS Y TERRITORIOS
Hoy más que nunca sabemos que nuestra demanda de salud integral para todxs
es impostergable y este reclamo es también por la defensa de la tierra y de todo
lo que vive en ella. La salud no es sólo ausencia de enfermedad, es también el
respeto y acompañamiento de nuestro desarrollo, de nuestras decisiones libres
y autónomas, el reconocimiento de nuestras identidades y nuestras corporalidades. También de nuestros deseos y vínculos no normativos. ¡Basta de racismo, de gordofobia y capacitismo! Vivir en un barrio popular no puede significar exclusión. ¡Todos los cuerpos cuentan! ¡Basta de transfobia, homofobia y lesbofobia! ¡Basta de extractivismo!.
5. EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL
La educación no es un negocio ni puede depender de criterios neoliberales de
formación empresarial para la aceptación de la precarización laboral y la doctrina patriarcal. Sabemos que es el avance de las derechas conservadoras, el que
busca prohibir el lenguaje inclusivo de quienes elegimos la e para nombrarnos y
anular la ESI. Esta es una ofensiva que viene aliada al capital financiero. La ESI
protege a las infancias y adolescencias de los abusos sexuales y las agresiones
de género. Necesitamos que sea un espacio transversal de escucha y formación
permanente y no un taller aislado. Las Iglesias no pueden intervenir en la ESI ni
en la educación pública.
Este 8 de marzo se gritó:
¡el patriarcado se va a caer, porque lo estamos tirando!
¡La deuda es con nosotres! ¡Que la paguen quienes la fugaron!
¡Las calles son nuestras, el futuro también!
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