Según Rita Segato en “La guerra contra las mujeres”, “la expresión ‘violencia sexual’ confunde, pues aunque la agresión se ejecute por medios sexuales, la finalidad de la misma no es del orden de lo sexual sino del orden del poder; no se trata de agresiones originadas en la pulsión libidinal traducida en deseo de satisfacción sexual, sino que la libido se orienta aquí al poder y a un mandato de pares o cofrades masculinos que exige una prueba de pertenencia al grupo”. La recomendación de hoy retrata este concepto a la perfección. Hoy les traigo “La Jauría”.

La Jauría es una serie chilena sobre el secuestro y violación de una adolescente, Blanca, que lidera una protesta en su escuela secundaria contra un profesor abusador. Pero la de Blanca no es una violación al azar, a medida que avanza la investigación para encontrarla nos enteramos de que un grupo de hombres que se hacen llamar “La jauría” opera en la clandestinidad para secuestrar y violar mujeres a modo de aleccionamiento. Ante la avanzada feminista, hombres poco dispuestos a resignar sus privilegios se organizan, y reclutan adeptos invocando al mandato social que les exige una muestra de masculinidad.

La jauría, más que una serie, es un análisis sobre la masculinidad tóxica y cómo opera a través de la violencia y el pacto de silencio. Deja picando el debate sobre la necesidad de construir nuevas masculinidades y destruir viejos mandatos.

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