Opinión

La sororidad como respuesta a los preconceptos

En inglés, el término "catfight" (pelea de gatas) se usa para hablar de una "pelea" (física o no) entre mujeres. No hay término para las peleas entre hombres, son simplemente peleas. En castellano no tenemos un término similar, pero la creencia general es que las mujeres entre nosotras somos competitivas, nos odiamos o nos llevamos mal. ¿Cuántas veces escuchamos decir que mujeres trabajando juntas puede terminar mal? ¿Cuántas veces escuchamos chistes estúpidos sobre la competencia entre suegra y nuera por el amor de un varón? El prejuicio en castellano no tiene palabra pero ahí está, metiéndose en cada fibra del cerebro.

A partir de esta creencia sobre la competitividad entre mujeres, está la de los diferentes tipos de "amistades". Los varones tienen amistades puras, sanas, entre ellos son casi hermanos. Las mujeres hablamos mal las unas de las otras, nos mentimos, nos lastimamos. A estos preconceptos malintencionados, los rompemos con algo que sólo puede existir entre nosotras: la sororidad. La sororidad que nos une como un lazo invisible, nos hermana a conocidas y desconocidas y nos sirve de apoyo contra contra la solidaridad de machos.

Una vez más, vemos cómo el lenguaje genera sentido. Así como lo que no se nombra no existe, lo que se nombra se crea. La palabra "catfight" es una muestra de eso: somos gatas en celo, traicioneras, competitivas. Un perfil creado para separarnos, ponernos las unas contra las otras, desvalorizar la fuerza que tenemos todas juntas. Por eso, amigas, a cada intento de minimizarnos tenemos que responder con más sororidad y más organización.

¡Feliz día de lx amigue!

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