Por: San Pérez
Es más fácil cambiar de sexo que cambiar una sociedad
En las últimas semanas, vimos como muchísimas personas han realizado publicaciones en sus redes sociales mostrando cómo se verían si fuesen del sexo “opuesto”, gracias al uso de un nuevo filtro que ofrece una aplicación.
¿Es esto posible? Solo lo sería si existieran dos sexos. La categoría sexo permite clasificarnos de acuerdo a nuestras diferencias biológicas como mujeres y varones, según las funciones reproductivas de nuestros cuerpos. Es decir, que diferencias como el tener pene o vagina, tener los pechos más desarrollados o no, entre otras, nos dicen a qué sexo pertenecemos. Sin embargo, las personas somos tan diferentes que hay algunas características que, aunque sean más comunes en uno de los sexos, pueden aparecer en personas del otro. Por ejemplo: si bien la mayor acumulación de grasas en las caderas suele ser una característica asociada al sexo femenino, puede haber varones que también la tengan. Además, existen personas intersexuales, cuyo cuerpo sexuado varía respecto al estándar de corporalidad femenina o masculina, que la ciencia y la cultura vigente determinan.
En realidad, es el concepto género lo que designa y nos ayuda a entender las ideas que cada sociedad tiene sobre esa diferencia biológica; es decir, sobre cómo espera que seamos (roles, conductas, costumbres, actividades) según nuestro sexo. Cuando decimos “género” nos referimos, entonces, a las diferencias entre mujeres y varones que no son naturales ni biológicas, sino construcciones sociales, históricas y culturales. Es el género lo que nos dice cómo debe ser una persona según su sexo.
Sin embargo, cada subjetividad es única y no podemos esperar que existan únicamente dos maneras de vivir nuestra identidad. Hay personas que se identifican como mujeres o varones (cisgénero) y, sin embargo, no expresan de la misma manera el ser mujer o varón. No todas eligen depilarse, no todos usan el cabello corto, etc. También existen muchísimas personas que no se identifican para nada con el género que le corresponde socialmente según su sexo. Su vivencia interna e individual es auto percibida diferente. Cuando esto ocurre, la persona puede elegir autodenominarse de otro género. Pero ese otro género no tiene que ser necesariamente el conocido como el “opuesto”, existen tantas identidades de género como personas en este mundo. Hay varones trans, mujeres trans, travestis, personas no binaries, marikas y un largo etcétera.
Entonces, lo que Face App nos permite no es ver cómo seríamos si tuviéramos cualquier otro género, sino EL OTRO género. Da por sentado que la persona de la foto es mujer o varón e invisibiliza por completo y ridiculiza otras identidades. Pretende reforzar la idea de que nacemos mujer o varón.
Por lo tanto, podemos decir que es un filtro puramente transfóbico, que resalta y recuerda que ciertos rasgos no nos están permitidos, a no ser que quieras ser motivo de burla o discriminación. ¿Qué es lo que da tanta risa? ¿Es gracioso ser trans? ¿O, en realidad, están realizando el deseo reprimido de jugar con su género?
La aplicación solo nos permite ver lo frágil que es la masculinidad, mientras la edad de vida promedio de una persona trans es de 35 años.
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