El origen del deseo es el viaje introspectivo de una mujer que sufre por no tener hijos y se pregunta de dónde viene ese deseo. Para dilucidarlo, entrevista a cuatro mujeres con diferentes puntos de vista: una anciana que siente que tener hijos es realizarse, una mujer que está explorando la maternidad, una joven que decidió no ser madre y una mujer de más de cuarenta años que quiere ser madre y no puede. Entre todas van construyendo el imaginario social de lo que es ser una madre.

Los testimonios son muy distintos y, en algunos casos, contradictorios, pero todos coinciden en una cosa: la mujer es la que pone el cuerpo. Desde la mujer que piensa que por su condición biológica la mujer nació para parir por lo que ser madre es su destino, hasta la joven que dice admirar a las mujeres que deciden tener hijos porque tienen que estar dispuestas a dejar todo de lado, todas coinciden en que somos las mujeres las que hacemos el mayor sacrificio al tener hijes.

Entonces, se pregunta la voz en off, ¿por qué ese deseo de ser madre? ¿Por qué estamos dispuestas a dejar de lado nuestras vidas, a someter a nuestros cuerpos a dolores, molestias, sufrimientos? ¿Por qué si no podemos procrear pasamos por todo tipo de tratamientos intrusivos? ¿De dónde surge ese deseo? Spoiler alert: ninguna de las entrevistadas le da la respuesta. El sentimiento de que sus deseos “parecen ajenos” y de que su cuerpo es “un instrumento de creación” siguen ahí. La voz en off nos despide con una frase final, que podría o no ser una respuesta: “Quizás, si logro crear una grieta, la sombra se desvanezca y pueda librarme del deseo impuesto”.

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