The Marvelous Mrs. Maisel ya lo recomendé hace bastante tiempo, pero para quienes no lo hayan llegado a ver, aquí va un pequeño recordatorio: Miriam Maisel es una mujer de clase media alta, casada con hijes, que cuida su figura y acompaña a su marido, Joel, en todo lo que emprenda, como buena esposa. Uno de los emprendimientos de su marido es hacer stand up, pero es un pésimo comediante. Una noche, Mrs. Maisel descubre que su marido la engaña con otra mujer, va al bar donde su marido solía presentarse por las noches y hace un monólogo mucho mejor que todos los que su marido alguna vez hizo. Eso llama la atención de una mujer que trabaja en el bar, Susie Myerson, quien intenta convencerla para que se dedique a la comedia.
Mrs. Maisel se replantea muchas cosas al principio de la serie y rompe con todos los estereotipos: el de madre amorosa, el de esposa abnegada y el de hija perfecta. Deshace su vida de mujer casada, deja de medirse la cintura para asegurarse de no subir de peso, se niega a perdonar a su ex marido y le relega a este el cuidado de sus hijos para dedicarse a su carrera como comediante. Sigue con su plan a pesar de las presiones de sus padres para que, o bien vuelva con Joel o bien consiga otro esposo. Mrs. Maisel prioriza su carrera para la que, irónicamente, usa su nombre de casada. Así, Miriam convierte a esa esposa ejemplar en un personaje de comedia. En el escenario utiliza a Mrs. Maisel para hablar de lo tragicómica que puede resultar la vida de una mujer presionada por los mandatos sociales.
En la tercera temporada, The Marvelous Mrs. Maisel no defrauda. Nos presenta a una Miriam en pleno crecimiento personal, que sabe lo que quiere y ya no añora la época en la que fue una esposa ejemplar. En esta temporada hay menos drama familiar y más desafíos profesionales. The Marvelous Mrs. Maisel va evolucionando junto con su personaje principal sin perder el ritmo y la frescura de las primeras dos temporadas.
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